Archivo de Julio, 2019

Un berciano que antecede a Amancio Ortega

Miércoles, 31 de Julio, 2019

Hace 34 años del cierre de Industrias Abella, empresa pionera en el trabajo femenino en Lugo

LA PRIMERA PERSONA con criterio que anuncia la inminencia de un Papa americano _ él dijo iberoamericano _, fue el exembajador en el Vaticano, Carlos Abella y Ramallo. Es decir, algo se hablaba de Francisco antes del cónclave, un rasgo nada habitual en nombramientos papales.

Carlos Abella, fallecido en 2014, había nacido en A Coruña, pero vino a Lugo siendo niño, pues al morir su tío José, su padre, Antonio Abella Laurel (Villafranca del Bierzo, 1895), se ve obligado a liderar in situ las recién creadas Industrias Abella, la primera empresa cárnica gallega con intención de superar con sus productos los límites provinciales o locales donde acababan las aspiraciones de las anteriores.

La biografía de Antonio Abella guarda ciertas semejanzas con la de Amancio Ortega. Nacido en una familia de viticultores en Villafranca del Bierzo, ve cómo la filoxera arruina las viñas leonesas y le muestrael camino de la emigración. Él marcha a Argentina donde trabaja como corredor de comercio y conoce los rudimentos de las industrias cárnicas, aunque en 1917 ya está de vuelta en España.

Se casa en A Coruña con Justa Ramallo Naya y en esa ciudad se establece como comerciante de harinas y suministrador de alimentos a las casas de beneficiencia a través del matadero de Montellos, en Betanzos, y otros. Y de ahí, a Lugo, capital de la principal provincia ganadera gallega, para levantar Abella con su cuñado Rogelio Ramallo y su hermano José, que morirá antes de la inauguración. El general Queipo de Llano, Carlos Beca Iglesias (Laboratorios Beca) _ casado con Lola Soto Camino _, y los hermanos Ferreiro _ Ramón y Fernando _, fueron valedores de la empresa en todos los ámbitos.

Su iniciativa fue revolucionaria en todos los sentidos. No solo porque sus miras industriales iban mucho más allá que hasta ese momento, sino por la modernidad de la fábrica y por dar trabajo de forma generalizada a un buen número de mujeres.

También fue influyente en la toponimia urbana de la ciudad, pues O Castiñeiro y Abuín pasaron a llamarse Abella, un nombre que hoy se conserva, no solo en el decir de la gente, sino en el rótulo de una calle, en diversos negocios y en un centro comercial.

Las industrias arrancan en octubre de 1941 y prolongan su actividad hasta el 30 de julio de 1985, es decir, que estos días se cumplen los 34 años de su desaparición.

Llega a tener 230 empleados, aunque arranca con un centenar. Entonces es costumbre de don Antonio reunirlos en un acto el día de su santo, el 13 de junio, para hacerles entrega de una especie de cesta de Navidad, con coñac, Jerez, pastas y naturalmente, un surtido de productos Abella, que ellos mismos fabrican.

Durante los primeros años, Antonio Abella aprovechaba esta festividad de San Antonio de Padua para anunciar en público y por sorpresa los nombres de aquellos trabajadores que por su fidelidad y esfuerzo se habían hecho merecedores de un aumento de sueldo, que llega a afectar a casi todos, porque las cosas ruedan muy bien una vez superadas las dificultades iniciales.

La maestra de ceremonias en esas ocasiones suele ser su sobrina, Pura López Gamallo, auxiliada por varias trabajadoras, como María Victoria Vázquez Naranjo y Felicitas López Camarón, dos de las cientos de mujeres que a través de Abella conocen el trabajo industrial en Lugo.

En 1966 se le quiere reconocer su papel en la industrialización de Lugo con la petición de la Medalla al Mérito en el Trabajo, que la ciudad apoya sin reservas.

Don Horacio, el primer prisionero de la I Guerra Mundial

Martes, 30 de Julio, 2019

Hoy se cumplen los 105 años del inicio del conflicto, cuando el lucense ya había sido hecho prisionero en Prusia

TRAS EL ATENTADO de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando de Austria, el 29 de julio de hace 105 años Rusia declara la movilización contra el Imperio austrohúngaro, el comienzo de la I Guerra Mundial. A sus 20 años, Horacio García Fernández (Lugo, 1894) acaba de protagonizar un vuelo en globo que solo la inconsciencia pudo inspirar.

Durante su estancia en Lille para estudiar ingeniería industrial en el vanguardista Institut Industriel du Nord conoce al aeronauta Salmon, que en los primeros meses de 1913 recluta gente para que le acompañen en una aventura tan emocionante como peligrosa.

Se trata de sobrevolar en el globo bautizado como Maire-André territorios de Francia, Bélgica y Alemania. Y regresar, claro. Salmon pregunta a Horacio cuánto pesa y al conocer la respuesta, le ofrece una plaza sin más requisitos que su valentía. “Tú me vales”. De esa forma se cierra la tripulación del Maire-André, formada por el francés de Lille, Salmon, el brasileño de Río de Janeiro, Arther y el español García.

El domingo 9 de marzo de 1913 sueltan lastre en Lille sin saber a ciencia cierta a dónde van. Los vientos los llevan hasta Custrin, en Brandenburgo, donde comienza a desinflarse el aerostato y deciden bajar pues hace un frío que pela. Creen que la operación roza la perfección, pero al poco tiempo se ven abordados por un empleado de Comunicaciones y por miembros de la policía.

El primero les reclama 80 francos por haber destrozado 17 hilos telegráficos en su descenso. Los segundos traen una orden de detención, pues sospechan las autoridades que el trío pueda constituir un comando de espías internacionales, una posibilidad nada descabellada en aquel convulso año.

Horacio García y sus compañeros aeronautas, Salmon y Arther, dejan el globo donde lo han posado y caminan hasta el ayuntamiento de Custrin detenidos y rodeados por un millar de personas convocadas por la curiosidad como en las películas épicas. Allí son interrogados sobre su misión, que las autoridades prusianas suponen, sin lugar a dudas, de espionaje.

Mal que bien explican que no, que solo son aventureros en busca de un récord de vuelo libre. Horacio se muestra indignado por el trato que reciben y un policía le pone una pistola al pecho. Estamos en 1913 y no se admiten bravuconadas. Luego son encerrados en tres celdas sin posibilidad de comunicarse.

La policía revisa el globo de arriba abajo por si porta armas o algún objeto sospechoso, pero claro, no las encuentran. Más tarde vuelven a interrogarlos dos oficiales del Estado Mayor de Custrin y cuarenta y ocho horas después son puestos en libertad, no sin antes cumplimentar las mil y una exigencias requeridas.

Alzan vuelo a toda prisa y se sitúan entre los 1.000 y los 1.400 metros. Salvan una fuerte tormenta, sobrevuelan Bélgica y allí bajan. Lille, que estuvo pendiente de sus andanzas, organiza un gran recibimiento al saber que regresan sanos y salvos. Los miembros de la Emulation Aerostatique du Nords, el Aero Club y el ayuntamiento de la ciudad se vuelcan con sus tres héroes a quienes homenajean en el café de Vlamik. La noticia traspasa fronteras y se publica en toda la prensa europea

Maide Prósper, viuda del sobrino de Horacio, Francisco García Bobadilla, recuerdaba que en la familia siempre se comentó la reacción del padre del aeronauta, Francisco García Sobrino, cuando un amigo lee en un periódico francés la crónica del viaje:

_ Ese monsieur García del que hablan es mi hijo.

Rodríguez López, el hombre que defendió a las feas

Martes, 30 de Julio, 2019

Hace 160 años, tal día como hoy, nace en Lugo el médico y escritor que critica la belleza femenina

HOY SE CUMPLEN los 160 años del nacimiento del médico, poeta y ensayista Jesús Rodríguez López (Lugo, 1859), “hijo de Esculapio y mimado por las Musas”, como lo titula la prensa lucense a la hora de su muerte.

Es tan amplio el campo de sus actividades que de él se pueden tejer orlas muy diversas y que le encajen todas. El Progreso dijo de él que “con la misma facilidad dicta una fórmula que escribe una quintilla”.

Y en su necrología se trazan estas pinceladas: “Era hombre de aptitudes singulares fácilmente adaptable a todos los ambientes. Gran ajedrecista, buen tresillista, manejaba los pinceles y dibujaba y pintaba, tañía la guitarra como un maestro, figuraba como político afiliado al partido liberal y tomaba parte activa en la gobernación de diversas sociedades a que pertenecía”.

Firmada por el doctor Salcedo, la revista científica francesa Le Correspondant Medical publica un resumen de su obra: “Ha escrito acerca de la rabia, gripe, vacuna, viruela, etc; un Estudio psicológico de la mujer lucense: Defensa de las feas (estudio social de la mujer); Las preocupaciones en Medicina y las Supersticiones de Galicia”.

La Idea Moderna condensa su labor poética, siempre celebradísima por todos los públicos: “Poesías gallegas son su lindo tomo Pasaxeiras y Gallegadas, su hermoso poema Cousas das mulleres, y algunas otras que fueron galardonadas en públicos certámenes. En prosa gallega escribió la novela A cruz do Salgueiro, y su última comedia O Chufón”.

Pero siendo éstas auténticos éxitos populares, la obra más emblemática de Rodríguez López fue y sigue siendo la colección de Supersticiones de Galicia desde que topa con la Iglesia y con inexplicables problemas eclesiásticos por interpretaciones rigurosas en alguna creencia, cuando en realidad la obra rema en su misma dirección. Y a saber todavía lo que se esconde en muchas de estas supersticiones.

Ahora bien, la palma de la curiosidad se la lleva esa Defensa de las feas, en contra de la hermosura femenina, donde se exponen ideas tan sorprendentes como afirmar que a los pocos años de matrimonio muchos maridos de mujeres bellas las sustituyen por feas.

O que las feas hermosean al mejorar de posición económica, porque salud y bienestar “son los dos elementos más poderosos de la belleza de la mujer”.

Quién vería a don Jesús publicar hoy sin miedo a las críticas que “a unos les gustan las jóvenes, y a otros, las jamonas”. O que hay quien se enamora de una cara escultural, “hermosa como un cromo, pero fría y de expresión perezosa”.

Al autor se le intuyen las intenciones, pero metido en un berenjenal como el que aborda en esta curiosa obra, sale de él un tanto escocido, especialmente cuando a la hermosura de la mujer añade otros peligros por el atractivo que ejercen en otros hombres.

“Las que no son hermosas _ se atreve a decir el doctor_, tienen gracia, inteligencia o virtud, y a menudo, poseen las tres cualidades juntas. Es decir, a falta de un cuerpo hermoso, poseen un alma llena de bellezas”.

O lo que es lo mismo, la guapa, tonta y vanidosa. A la fea, escribe Rodríguez López con todas las letras, se la ve al principio con frialdad, pero se la trata luego con agrado, se la quiere después con pasión y “se la admira por fin en los encantos siempre nuevos con que se manfiesta su alma”.

Otras muchas perlas contiene esta Defensa de las feas que habrá hecho las delicias en las mesas camillas de hogares con mujeres poco agraciadas.

Ya asegura el dicho que “o importante é ter saúde”.

La vuelta al mundo en 11 días

Martes, 30 de Julio, 2019

Hoy hace 192 años del nacimiento en Ribadeo de genial visionario Ubaldo Pasarón, adelantado a Zeppelin

UBALDO PASARÓN Y Lastra (Ribadeo, 1827), militar, inventor y poeta, se gana en sus breves 37 años de existencia un lugar privilegiado dentro del capítulo de los lucenses singulares. Su Ribadeo natal lo recuerda con una calle, aunque su celebridad sea semidesconocida. Tampoco es mal título ser un célebre desconocido cuando hay tanto inepto popularísimo.

Se dice que nace el 16-VIII-1827, en Viveiro, pero apostamos por el 28-VII-1827 en Ribadeo, hace hoy 192 años. Quienes han tenido la oportunidad de acercarse a su obra lo han tratado de genio, o de loco, y ahí es donde se lía la madeja, porque Ubaldo no es ni una cosa, ni la otra, sino las dos al mismo tiempo.

Siendo alumno de la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara con 19 años se inicia en poesía, teatro y periodismo, pero pronto se centra en ciencia militar y obras monumentales. Entre las primeras, escribe Instrucción castramentaria para acampar la Infantería en yermos y despoblados.

Y de las segundas, algunos títulos que meten miedo por su ambición: Atlas crítico de la historia de España del Adelanto Humano desde la edad más remota hasta nuestros días, o el Mapa mundi comercial geoestratégico de la Tierra.

Sin embargo, por ninguna de ellas aparece Ubaldo en este álbum. Lo hace por el contenido del “Pilotage aeronáutico por Ubaldo Pasarón y Lastra, descubridor de la navegación admosférica”, alteraciones ortográficas incluidas.

Se trata del primer planteamiento sobre “navegación aerostática de fijo rumbo y velocidad arbitraria, hasta la del huracán”, tal como lo define el propio Ubaldo, que se erige como precursor de Zeppelin.

Aprovechamos las palabras de Antonio Pérez Martínez para explicar que se trata de un globo dirigible flotante formado por dos “secciones meridíánicas elipsoidales”, unidas por su concavidad a modo de ciruela claudia, con una eslora elipsoide y diámetro mayor horizontal equivalentes a los de una fragata, con resistencia para maquinaria, tripulación, pasajeros y carga, que podría circunnavegar la Tierra a una legua de altura en once días, dos horas, 52 minutos y 13 segundos.

Una vez que Ubaldo hubo puesto negro sobre blanco los principios de la navegación aerostática y el correo flotante universal circunnavegador, solicita del Gobierno español el título de Descubridor de la navegación atmosférica _ admosférica se puso_, y la explotación durante diez años del susodicho correo flotante.

Todo ello estimado en la cifra de 20 M de pesos, que era el rendimiento o el pago, por cuanto él cedía al Estado español su descubrimiento.

Pasarón lo pone en manos de Isidro Wall y Alfonso de Sousa de Portugal, X marqués de Mejorada del Campo y IV conde de Armildez de Toledo, intendente de la isla de Cuba, donde él se halla destinado.

La documentación pasa a las competencias del ministro de Hacienda, el cántabro Pedro Salaverría y Charitu, se concede una patente de cinco años y que si quieres arroz, Catalina. La prensa se divide en ubaldistas y anti-ubaldistas. Unos apoyan al pionero científico. Los otros ven a un loco que habla de paparruchas.

Se ignora la seriedad con la que Salaverría examina el invento, pero cabe pensar que le presta poca atención. En esa época Zeppelin también está en América y toma apuntes para el dirigible que tiene en mente, pero faltan todavía 40 años para la comprobación empírica de sus teorías. ¿Se pudo haber adelantado España? Es posible, pero Ubaldo muere poco después.

El ferreiro de Riotorto que asombra a los ingleses

Martes, 30 de Julio, 2019

La historia de José Echavarría viaja a través de los tiempos a caballo de la leyenda, cuando debería hacerlo en tanque

NACE EN LA casa del mazo de Chavarría, en Ferreiravella, aunque la grafía de su apellido más utilizada es Echavarría, un herrero tan habilidoso que hace pistolas, navajas, tijeras… ¿y tanques?

Su salto a la fama se produce el 1-IV-1918, a través de una noticia fechada en San Sebastián y aparecida en las páginas de ABC, que a su vez será ampliada el día 4 por El Pueblo Vasco de San Sebastián. Esta vez el asombro no proviene de las bajas de una batalla, sino de las afirmaciones que realiza José Echavarría, Pepe o Maravillas (Riotorto, ?), un trabajador de una empresa de esa ciudad natural de Lugo. Afirma ser el inventor de los tanques que el ejército inglés utiliza en el frente occidental.

A dónde llegará la incredulidad de El Pueblo Vasco que el diario publica la noticia con unos prolegómenos en los que se narran las consecuencias del ayuno sexual de los soldados, el fetichismo femenino de los tanques y la increíble relación que estos elementos freudianos mantienen con la experiencia de Echavarría, el hombre que se presenta diciendo:

_ Buenas tardes. Me han robado los tanques. Yo soy Echavarría.

Explica el periodista que Echavarría es inventor de largo recorrido y que 16 años atrás desde Buenos Aires ofrece al gobierno español el torpedo eléctrico, sin recibir contestación. Como el invento requiere unas lámparas eléctricas que encarga a Inglaterra, el gobierno de ese país tiene conocimiento de su proyecto y en 1915 se le presenta un enviado de la embajada que le dice:

_ Señor Echavarría, a ver si me inventa usted algo que tenga aplicación provechosa en la guerra.

Al explicarle la idea de los tanques, el emisario abre la boca hasta el pecho. Hágase el tanque, porque el siguiente paso será realizar unas pruebas delante del agregado naval inglés de Río de Janeiro.

La casa Iribarne cede el furgón para transportar un modelo que pesa 550 kilos y mide tres metros de largo por 1,40 de ancho. En el puente Alsina se hacen los ensayos con resultados satisfactorios.

La casa Iribarne es exactamente la Iribarne y Cª, dedicada a los servicios fúnebres y al alquiler de carruajes de paseo, situada entre los números 334 y 348 de Tacuarí, en Buenos Aires. Quiere esto decir que José ofrece una información correcta y contrastable. También el puente Alsina es lugar de Buenos Aires, y aunque pasa por distintos nombres, aún existe hoy uno que así se llama.

El de Riotorto muestra entonces al periodista donostiarra una colección de ferroprusiatos con la imagen del primer tanque, “chato y feo, con su sistema original de desplazamiento que le permite salvar profundos desniveles”.

El invento es aceptado y Echavarría debe marchar a Inglaterra con la promesa de que recibirá los gastos de viaje y estancia, así como 1.500 ptas. mensuales para su familia.

Echavarría, acompañado de Mr. Grattan, viaja en el Allengle rodeado de atenciones y con el tanque en las bodegas. Las nuevas pruebas también son satisfactorias, pero se le obliga a asociarse con un inglés. Huele a chamusquina, pero acepta. El inglés será su compañero de viaje, por eso en las patentes con Echavarría figura el nombre de William Godfred Grattan, a quien José llama desde entonces su ángel malo, el que le engaña. Quiere marchar, pero para retenerle le encargan un aparato que dirija torpedos a distancia. Suya es también una motocicleta con ametralladora en la manivela y caja de radiotelegrafía sobre la rueda posterior, así como una lámpara para aeroplanos, con cámara de fuego.

Más información en el enlace digital.

El barbudo que se crió en Bretoña

Martes, 30 de Julio, 2019

Sesenta años después de entrar en La Habana muere el amigo y mano derecha del Che

EL CHE VIVE rodeado de gente de Lugo, o muy relacionada con la provincia. La primera, Carmen Arias, su niñera sarriana. Después, Fidel, y ya metidos en la harina de Sierra Maestra, del Congo y de Tanzania, Óscar Fernández Mel (Colón, 1931), nacido en Cuba y crecido como niño en Bretoña (A Pastoriza), de quien fue amigo y padrino de boda.

Óscar es de los pocos gallegos/americanos que nacen más allá del Atlántico, vienen a Galicia y regresan de nuevo a América. Así fue porque la peripecia de sus padres, José María Fernández Penelas y María Mel de Castro se había iniciado con un primer traslado a Cuba antes de que él, el más pequeño de sus hijos, naciese.

En el 1932 su madre vuelve a Currás, dentro de la parroquia de Santa María de Bretoña, en A Pastoriza. Y allí, casi con dos años, es bautizado el 1 de enero de 1933, precisamente el mismo día en que Fidel y los revolucionarios entrarán en la capital cubana, pero 26 años antes.

Óscar guardaba un recuerdo agridulce de los cinco años que pasa en Bretoña. Agrio, porque en la escuela aún no está Paco Martín e impera un sistema de castigos nada atractivo, pues a las primeras de cambio los niños son obligados a arrodillarse sobre semillas o sobre arena. Dulce, porque al margen de esos sufrimientos, la vida es alegre y placentera para un niño como él.

En el 37, María Mel logra embarcar de nuevo hacia Cuba. Allí le espera su marido, y a Óscar, el instituto de Colón y la Facultad de Medicina de La Habana.

A veces se dice que Óscar estuvo con los barbudos en Sierra Maestra. No es exacto. Óscar _ Oscarcito en denominación del Che _, aunque médico, es uno de los barbudos. Concretamente, integrado en la Columna 1 y a las órdenes del propio Guevara, colega de profesión. Y así desde los 24 años, cuando da el paso para tirarse al monte con ellos, hasta que cumple 28 en la decisiva batalla de Santa Clara.

En A Pastoriza hay un interés no disimulado, aunque prudente, por seguir el desarrollo del movimiento revolucionario cubano, no solo por la participación de Fernández Mel, sino también por otros barbudos relacionados con el municipio, como ocurre en otros lugares de Galicia.

Su condición revolucionaria se va a revalidar en el fracasado episodio congoleño, la otra cara de la moneda del internacionalismo cubano. Y no va con el Che a Bolivia porque el propio Ernesto Guevara le encarga de organizar la salida por piernas de los cubanos de África, pensando quizá que su condición de médico favorecería la atención de heridos y enfermos.

Antes de morir en Bolivia y poco después del triunfo, el Che accede a ser el padrino de boda de Óscar, aunque, según sus palabras, no era amigo de esos protocolos. La desposada es la actriz Odalys Fuentes, que en el 1959 se encuentra en su mejor momento y que no duda en sumarse al movimiento de los barbudos. Es precisamente Ernesto quien se la presenta a Óscar.

Odalys se inicia como acompañante del chileno Lucho Gatica en su gira cubana y llegará a ser la modelo de Max Factor para América Latina. Tiene tres hijos con el comandante Fernández Mel.

Éste será sucesivamente jefe de Estado Mayor del Ejército Occidental de Cuba en África, presidente del Colegio de Médicos, director del hospital Frank País, alcalde de la capital y embajador de Cuba en el Reino Unido y Finlandia. Luego, poco a poco, se profundiza su discreto alejamiento de Fidel.

Con Primitivo Iglesias en el ayuntamiento, A Pastoriza le rinde homenaje y logra que Oscarsito vuelva por segunda vez a la patria de sus padres, que es la suya de infancia. El pasado junio fallece en La Habana.

Aquilino chama criminais aos das JONS

Viernes, 26 de Julio, 2019

O 25 de xullo de 1936, o de Abadín publica un sorprendente artigo en Santiago, cando a cidade xa é de Franco

NOS ÚLTIMOS DÍAS de abril de 1936, Fole pronuncia unha histórica conferencia no local do P. Galeguista lucense, Encol da Renacencia galega. Nela debuxa o panorama artístico dese intre, sen imaxinar que vai ser a foto fixa da cultura antes da guerra.

Do teatro fala mal, agás de A fiestra valdeira, de Dieste. Tamén da novela, onde salva Os dous de sempre, de Castelao. Pola contra amosa a súa ledicia polo bo estado do conto, do ensaio e da lírica, con Noriega, Cabanillas, Sigüenza, Blanco Amor, Pimentel, Cunqueiro, Carballo Calero e Aquilino Iglesia (Abadín, 1909).

Con contadas excepcións, a producción lírica comeza entón unha década de silencio ata 1947, cando precisamente Aquilino tire do prelo Cómaros verdes, grazas á imprenta Celta, non a de Lugo, senón a de González Lazán en Vilagarcía.

Neses dous intres, 1936 e 1947, Aquilino corre graves perigos. Aínda hoxe é difícil explicar por que libra. Imos velo.

No 1933, cando Núñez Búa marcha a América, Crecente Vega pasa a ocupar a dirección do León XIII. O de Castro de Rei ábrelle a porta a Aquilino para dar aulas alí, xa que aínda non tiña validados os estudos do Seminario na Universidade.

Entre Crecente, Borobó e Álvaro de las Casas, argallan un sistema polo cal Aquilino pode dar clases en Vilagarcía, matricularse en Noia e facer os exames en Santiago, ou algo semellante. Supoño que a ollos de hoxe alguén podería chamalo corrupción, pois Borobó cobra 40 pesetas por prestarlle o título.

Todos están vencellados ao PG e aos seus medios, se é que non son dirixentes, coma Álvaro de las Casas. Daquela Aquilino colabora neles como un dos novos representantes da lírica, xa que logo no 33 xa ten publicados en Lugo Señardá e Corazón ao vento.

Desde o día 21 de xullo de 1936 Galicia enteira está decantada polos sublevados, sexa por vontade, ou á forza, aínda que durante dúas semanas El Eco de Santiago abre as súas páxinas cun berro ambivalente: ¡Viva el Ejército Libertador! ¡Viva la República! Como para criticalo.

Santiago está en festas do Apóstolo e os xornais preparan páxinas especiais para o 25, Día de Galicia coma hoxe, 73 anos despois. É o caso de El Compostelano, que ese día acolle nomes ben contrastados, como Ramón Fabeiro, presidente da Arquiconfraría do Apóstolo, ou eruditos sen sospeitas de ser roxos, como Lence-Santar, Pedret Casado ou Chamoso Lamas… pero ninguén repara no contido dun artigo que asina un tal Iglesia Alvariño, precisamente co que se pechan as oito páxinas do extra.

É evidente que o artigo está composto hai tempo, mesmo antes do día 18, porque doutro xeito non se explica que poda ver a luz nesas circunstancias.

Todo el é un canto á mocidade galega fronte ás visións foráneas da terra, pero chegado un momento, Aquilino di: “Estes espíritos anónimos e impotentes son a materia apta para dar corpo axeitado as aberracións de sociedades como as JONS que poidan regodearse sádicamente cos crimes de Hitler…” Abonda co paragrafo para comprender que o pescozo de Aquilino estivo preto da guillotina. ¿Ninguén repara nel?

Noutro ano de 1947, cando sae Cómaros…, contan que o militar marroquí Mohamed ben Mizzian, que tiña moita influencia con Franco porque lle salvara a vida na guerra, protesta diante del por saír un libro en galego. Franco faille ver que se non fala mal do Goberno, nin da Virxe, nin da relixión, deben deixar que cadaquén utilice a súa lingua “para que se conserve”. O caso é que nin ao pescozo, nin a Cómaros… nada lles pasou.

A ocho estrenos por año

Jueves, 25 de Julio, 2019

Nacido en O Vicedo, Agustín Rodríguez Castro se va a convertir en uno de los pilares de la zarzuela cubana durante la primera mitad del XX

TITO SCHIPA, VICENTE Fernández, Julio Iglesias, Alfredo Kraus, Los Panchos, Nana Mouskouri, Cesaria Évora, Plácido Domingo, Linda Ronstadt, Gloria Lasso, Mirelle Mathieu, Libertad Lamarque, Pedro Vargas o Connie Francis.

La lista de intérpretes de Quiéreme mucho puede hacerse tan larga como uno desee, porque cuando va a cumplirse un siglo de su existencia, la canción ha sido dicha por las mejores gargantas de cada época.

En todo momento ha sido unas de las más radiadas y casi siempre solo ha aparecido el nombre de Gonzalo Roig como su autor, lo cual es cierto. Sin embargo en Galicia no es muy sabido que detrás de la letra de Quiéreme… hay un hombre llamado Ramón Gollury (Roger de Lauria), que escribe la primera estrofa, y un prolífico escritor de zarzuelas, sainetes y películas llamado Agustín Rodríguez Castro (O Vicedo, 1885), que escribe la segunda.

A este desconocimiento contribuye en buena manera la implantación en Cuba de leyes sobre memoria histórica similares a las españolas en lo que supone el olvido de todo lo que recuerde la época anterior a la llegada de los barbudos. La zarzuela cubana sufre la nueva política.

No así la canción, una criolla-bolero que al igual que otras de esa época de Roig, Lecuona, Compay Segundo… ya está instalada en el gusto de la gente y su reproducción era constante en todas las emisoras, sin posibilidad de borrarla.

Pero aprovechemos el relato que hace Xosé Neira Vila para saber más del aterrizaje en Cuba de este hombre, hijo del maestro Fidel Rodríguez Fernández, y de Matilde Castro Mera que marcha a las isla el año 1901, tras ser reclamado por su tío, José Castro Mera para trabajar como tipógrafo. Sus hermanos Cándido y Saturnino también emigran a Cuba, mientras sus hermanas Esperanza y Delfina continúan en O Vicedo. Saturnino abre una tienda en Baez (Las Villas), llamada La Verdad, donde vende ropa, sombreros, pieles y quincalla.

Nos cuenta Neira Vilas que al año de estar allí, Agustín enferma y tiene que permanecer varios meses encamado, por lo que se dedica a leer teatro. Cuando se repone, asiste al mayor número de representaciones que puede, charla con los actores, pregunta a los letristas y observa los decorados, las luces y todo lo que compone aquel mundo desconocido para él que cada vez lo es menos.

Deja el café-bar de su tío José y entra a trabajar en una imprenta donde conoce a Sergio Acebal (1889-1965), un futuro autor y actor cómico. Juntos se hacen habituales de los lugares frecuentados por la gente de la farándula y juntos escriben su primera obra en 1908, El canal de Panamá. Y así hasta 82 obras registradas durante 25 años. En 1928 y 1933 se contabilizan hasta ocho estrenos, un ritmo de producción casi comparable al que hace de Lope de Vega el Fénix de los Ingenios.

El éxito del que hablamos es de 1925. Cuando Agustín ejerce su labor como argumentista y autor de las piezas que se representan en el teatro Martín, le encarga una zarzuela a su colega Miguel de Luis, de tal forma que con el reparto del trabajo pueda cumplir todos los plazos.

Se llamará El servicio obligatorio y se estrenará en el Martín. Miguel de Luis cobra lo pactado por el anticipo, pero incumple su compromiso y no la escribe.

Agustín se ve obligado a galopar contra reloj y dicen que en una noche la tiene lista. La letra llega a manos de Gonzalo Roig, que con la misma celeridad prepara la música para que pueda ensayarse lo suficiente antes del estreno.

La historia de Agustín da para más, pero no cabe.

A ocho estrenos por año

Miércoles, 24 de Julio, 2019

Nacido en O Vicedo, Agustín Rodríguez Castro se va a convertir en uno de los pilares de la zarzuela cubana durante la primera mitad del XX

TITO SCHIPA, VICENTE Fernández, Julio Iglesias, Alfredo Kraus, Los Panchos, Nana Mouskouri, Cesaria Évora, Plácido Domingo, Linda Ronstadt, Gloria Lasso, Mirelle Mathieu, Libertad Lamarque, Pedro Vargas o Connie Francis.

La lista de intérpretes de Quiéreme mucho puede hacerse tan larga como uno desee, porque cuando va a cumplirse un siglo de su existencia, la canción ha sido dicha por las mejores gargantas de cada época.

En todo momento ha sido unas de las más radiadas y casi siempre solo ha aparecido el nombre de Gonzalo Roig como su autor, lo cual es cierto. Sin embargo en Galicia no es muy sabido que detrás de la letra de Quiéreme… hay un hombre llamado Ramón Gollury (Roger de Lauria), que escribe la primera estrofa, y un prolífico escritor de zarzuelas, sainetes y películas llamado Agustín Rodríguez Castro (O Vicedo, 1885), que escribe la segunda.

A este desconocimiento contribuye en buena manera la implantación en Cuba de leyes sobre memoria histórica similares a las españolas en lo que supone el olvido de todo lo que recuerde la época anterior a la llegada de los barbudos. La zarzuela cubana sufre la nueva política.

No así la canción, una criolla-bolero que al igual que otras de esa época de Roig, Lecuona, Compay Segundo… ya está instalada en el gusto de la gente y su reproducción era constante en todas las emisoras, sin posibilidad de borrarla.

Pero aprovechemos el relato que hace Xosé Neira Vila para saber más del aterrizaje en Cuba de este hombre, hijo del maestro Fidel Rodríguez Fernández, y de Matilde Castro Mera que marcha a las isla el año 1901, tras ser reclamado por su tío, José Castro Mera para trabajar como tipógrafo. Sus hermanos Cándido y Saturnino también emigran a Cuba, mientras sus hermanas Esperanza y Delfina continúan en O Vicedo. Saturnino abre una tienda en Baez (Las Villas), llamada La Verdad, donde vende ropa, sombreros, pieles y quincalla.

Nos cuenta Neira Vilas que al año de estar allí, Agustín enferma y tiene que permanecer varios meses encamado, por lo que se dedica a leer teatro. Cuando se repone, asiste al mayor número de representaciones que puede, charla con los actores, pregunta a los letristas y observa los decorados, las luces y todo lo que compone aquel mundo desconocido para él que cada vez lo es menos.

Deja el café-bar de su tío José y entra a trabajar en una imprenta donde conoce a Sergio Acebal (1889-1965), un futuro autor y actor cómico. Juntos se hacen habituales de los lugares frecuentados por la gente de la farándula y juntos escriben su primera obra en 1908, El canal de Panamá. Y así hasta 82 obras registradas durante 25 años. En 1928 y 1933 se contabilizan hasta ocho estrenos, un ritmo de producción casi comparable al que hace de Lope de Vega el Fénix de los Ingenios.

El éxito del que hablamos es de 1925. Cuando Agustín ejerce su labor como argumentista y autor de las piezas que se representan en el teatro Martín, le encarga una zarzuela a su colega Miguel de Luis, de tal forma que con el reparto del trabajo pueda cumplir todos los plazos.

Se llamará El servicio obligatorio y se estrenará en el Martín. Miguel de Luis cobra lo pactado por el anticipo, pero incumple su compromiso y no la escribe.

Agustín se ve obligado a galopar contra reloj y dicen que en una noche la tiene lista. La letra llega a manos de Gonzalo Roig, que con la misma celeridad prepara la música para que pueda ensayarse lo suficiente antes del estreno.

La historia de Agustín da para más, pero no cabe.

53 años con título de Mujer Ideal

Miércoles, 24 de Julio, 2019

El 23 de julio de 1966 es elegida Mujer Ideal de España, y poco después, en Móntecatini (Italia), Donna Idéale de Elegancia

OCURRE HACE 53 años como un aggiornamento de los concursos de misses en pos de la dignificación de la mujer. Un terreno donde se ha avanzado en años lo que no se había hecho en siglos. Sin embargo, hoy se mantienen los primeros y han desaparecido estos otros, menos frívolos.

Todo empezó en 1951, cuando un grupo de católicos italianos inventa la elección de una Donna Idéale para contrarrestar la de misses. En 1956, Pío XII le da el espaldarazo al recibir en audiencia a la ganadora, María Paola Carletti, maestra de primera enseñanza. El pontífice comenta: “Por fin, un concurso distinto. Un concurso bueno”.

El invento se internacionaliza y el año 1965, organizado por la revista Teresa, España envía a su primera representante, la malagueña de 18 años, Rafaela García Mesa. El próximo año ya no estará en manos de la revista Teresa, demasiado apegada a la estética falangista, en las de Telva, en cuyas páginas se persigue el modelo de la nueva española que alborea y que en pocos años dará como fruto la chica Telva, tan ponderada por el propio Paco Umbral.

Quizás hubo un ojeador que repara en las condiciones ideales de una lucense afincada en A Coruña que en 1960 ha ejercido como reina de los Juegos Florales de Galicia celebrados con Wesceslao Fernández Flórez de mantenedor y Cunqueiro como ganador de la flor natural. Es Pili Páramo Neyra (Lugo, 1938), esposa del teniente de navío de la Armada, Vicente López-Perea Lloveres y madre de dos hijos. Parece una buena candidata en un concurso como el de la Donna Idéale de Europa.

Y tanto que sí. Pilar ha tenido una educación liberal y muy adelantada para su época. Después de acabar el bachillerato, el notario Juan Morros Sardá, casado con María Montenegro Neyra, prima de su madre, le aconseja que estudie Derecho, pero su padre la convence para que viaje, aprenda francés e inglés y conozca otras culturas.

A las leguas se veía que Pilar daría mucho juego en Europa. Y así es. La competición nacional la proclama como Mujer Ideal de España entre ocho finalistas de las cinco mil participantes. El primer paso ya está dado. Ahora se trata de viajar a Roma el 25 de agosto, y de la capital, a Montecatini Termas, donde se celebra la final europea con pruebas como lavar y planchar a máquina, tricotar, cocina, hacer un cóctel, preparar unas flores y los consiguientes exámenes sobre elegancia, personalidad y cultura.

Finalmente Pilar consigue el título de mujer más elegante de Europa. Ella había realizado estudios de interiorismo en la escuela de Eusebio da Guarda y es la primera presidenta de Unicef Galicia. Por su conocimiento de idiomas la nombran delegada para representar a España en Berna ante la ONU. El matrimonio compra, casi en ruinas, la casa grande de San Xoán de Pravio, en Cambre, que rehabilitan y convierten en su hogar durante cuarenta años.

Pilar crea su propia empresa, Decor-Shop S.A., un estudio de decoración nacido “tras revalidar mi titulo de arquitecto interiorista a nivel europeo”.

Algunos de sus trabajos fueron los del Portaviones Príncipe de Asturias, el yate Montalegre, las oficinas de Caixa Galicia en Barcelona, A Coruña y Ourense; el Gran Hotel de La Toja, las oficinas de Cesce y del ICO, la planta vip de la Fundación Barrié, varias estancias del ayuntamiento coruñés, un stand para España en la feria de Toronto, el sanatorio San Rafael, estancias vip en Euroespes y un proyecto de un hospital que no se lleva a cabo, en Rumanía.