El Toisonazo
Miércoles, 31 de Enero, 2018
La herencia
Si algo queda sano de todo este contubernio que este martes organizó la cuadrilla catalana en pro del río revuelto, el día de mañana nuestros nietos estudiarán cómo fue que el 30 de enero de 2018, san Hipólito y santa Martina, la princesa de Asturias, doña Leonor de Borbón, recibía al mismo tiempo el Toisón de Oro y la gran lección de su vida.
Mientras SM el Rey Felipe VI, su padre, le impone dicha condecoración como símbolo de su herencia, un personajillo de poca monta llegado a la presidencia del parlamento de Cataluña sin tener la mínima idea de los principios jurídicos por lo cuales se le nombra, jura defender los derechos de un prófugo delincuente, gracias a que se carga los de los restantes 46 millones de españoles.
Y eso que son más y más dignos.
Este personaje que fue tan bien recibido el día en el que le dan la presidencia, ha dicho ayer, entre otras lindezas, que ni el Tribunal Constitucional, ni la vicepresidenta del Gobierno, eran quienes para indicarles qué hacer con su vida.
Pues sintiéndolo mucho, ha de saber que mientras no disparaten, tanto el uno como la otra, sí lo son, porque nos representan a todos. Quizá él ha encontrado otra legalidad tirada debajo de su cama y trate de enseñárnosla.
Leonor recibe el Toisón con todo el sobrepeso que conlleva en su significado, porque el principal símbolo de la Corona, por encima de cualquier otro, es el de garantizar que las ventajas de la unidad no se echen a perder por culpa de una pandilla de inconscientes.
A todos nos ha quedado claro que la princesa de Asturias ha podido obtener una diáfana imagen de lo que estaba en juego. Asomada al Telediario habrá visto el dislate, y a su padre, como hacen todos los padres, diciendo:
_Algún día, hija mía, todo este follón será tuyo.