La Princesa del Neopreno
Sábado, 30 de Abril, 2016
La ministra, haciendo el sirio
Estábamos tan entretenidos con nuestra ingobernabilidad que no nos fijamos en un acontecimiento realmente memorable ocurrido esta semana en Lesbos, justo allí donde la tragedia cambia de continente en su intento por hacerse europea.
Seguramente ya han tenido noticia del hecho, pero no por ello queremos dejar en el tintero la estupefacción que nos causó ser testigos de tan inconmensurable espectáculo, para cuya comprensión total recomendamos el uso de la foto donde se plasma.
Resulta que la señora ministra noruega de Emigración, doña Sylvi Listhaug, sintió un buen día la imperiosa necesidad de comprender el drama de los refugiados sirios y de todos los que en general encuentran el mar en su camino de huida hacia las posibles tierras de promisión.
Ni corta, ni perezosa, doña Sylvi colige desde su despacho noruego que el camino más recto para alcanzar tan loable objetivo es desplazarse a Lesbos y enfundarse un traje hermético, hinchable, antihumedad, termoacondicionado y dispuesto para aguantar las mayores desgracias marinas. Metida en él, cual salchicha en bollo, se deja mecer por tres o cuatro olas de siete a ocho centímetros de altura. Naturalmente, a su lado navegan varias barcazas de la fuerza naval noruega que velan por su seguridad mientras dura la prueba. (Esto es una maldad, pero se la merece por cursi).
Hace falta vivir completamente alejada de la realidad para plantear siquiera una estupidez tan sangrante como la que se narra. Quizá la Princesa del Guisante sea el único personaje conocido que pueda asimilarse a esta ministra noruega, cuyos pasos vigilaremos a partir de ahora tan cerca como los de Ada Colau porque puede depararnos gratísimos momentos desde la otra banda. De momento se nos ocurre declararla Princesa del Neopreno honoris causa.