El vértigo de las listas
Lunes, 31 de Diciembre, 2012Umberto Eco nos enseñó a admirar las listas como índices de la cultura. El diccionario no es un almacén de palabras, sino la exacta descripción del lenguaje, y la lista de los reyes godos no es un engorroso reto memorístico, sino la posibilidad de condensar en poco espacio un dilatado período de la historia.
Creo que Eco planteó en una ocasión que una lista es la diferencia que existe entre saber que don Juan se acostó con muchas mujeres, o saber que lo ha hecho con 2.063 y tener a mano, ya que no de memoria, los nombres de todas ellas. A esta lista cabría añadir la de los lugares de los encuentros, la repetición de los mismos, los métodos de conquista, los ejercicios realizados, etc, etc. Mozart dice que fueron 2.063, pero no aporta ningún dato. Las listas, de haber sido recogidas, nos darían la exacta vida amorosa de don Juan.
Fin de Año es el paraíso moderno de las listas. Suelen ser de poco rigor y por supuesto, nada exhaustivas. Se prometen los diez divorcios más caros, las diez mujeres más estupendas, los diez crímenes más horrendos, pero no se añade “según criterio del periodista”. Pero bueno, son conatos de listas para el entretenimiento. En esa línea de aglomeraciones para resumir el año tropezamos con una que prometía los diez despilfarros más sangrantes de España, pero nos llevamos una gran desilusión, porque la lista sabe a poco. Diez casos son la gota en el océano, aunque sus autores ya los anuncian solo como ejemplos.
Eso sí, llaman la atención algunos de los escogidos para figurar, como por ejemplo, las subvenciones a los partidos políticos y sus organizaciones aledañas, que se llevan una partida de 6 millones de euros, y las huelgas, a cuya convocatoria se achacan las pérdidas de 1.748 millones y 23.780 empleos en Madrid. Es decir, despilfarros institucionales y a conciencia.
Feliz Año.