Archivo de Marzo, 2012

El factor 11 M

Sábado, 3 de Marzo, 2012


Nueva manipulación sobre las víctimas

El 11 M se cuela como factor exponencial de la protesta, tanto y en tal grado que la propia conmemoración del atentado se pasa del 11 al 12 de marzo.

Era de imaginar que ante la posibilidad de añadir nuevos ingredientes al ceremonial de la confusión, los sindicatos no iban a dudarlo ni un segundo, conscientes de que el peor de los escenarios para ellos, como sería el de provocar con su decisión el rechazo de la gente, se convertiría en un elemento positivo para sus intereses, que claramente consisten en cabrear lo máximo posible.

Los familiares de las víctimas del atentado y todos los que pretendían recordar en homenaje aquella fecha aciaga, se han visto obligados a ceder el uso de la jornada, so pena de colaborar aun más a la crispación que con tanto encono persiguen los convocantes de la protesta.

Cuando la tormenta amaine y vuelvan días de bonanza, que de seguro han de volver así nos cueste la riñonada, se podrá decir que fue posible, no con la colaboración de todos, sino a pesar de los esfuerzos que algunos dedicaron a impedirlo, bien porque su inutilidad les lleva a expresarse únicamente a través de la confrontación, bien porque son pescadores en río revuelto.

La jugada del 11 M quedará para la historia como ejemplo de extrema impudicia, aunque hoy por hoy la mayoría prefiera apartarse y dejar sitio a una estrategia que lleva camino de radicalizarse con todo tipo de ingredientes.

El 11 de marzo de 2004 fueron asesinadas en Madrid 190 personas. Su vida fue utilizada con oscuros propósitos siempre mezquinos; pero ahora les aguarda también la manipulación de su muerte y de su recuerdo, una pirueta que parecería incompatible con el género humano si no hubiésemos asistido a su masacre en vida. Que pase pronto la fecha y nada la vuelva más turbia.

El imperio de los confusos

Viernes, 2 de Marzo, 2012

Gandhi ejerciendo una enérgica protesta

Fuego a los contenedores, huevos a la Bolsa, agresiones a la Policía, insultos, adoquines, bolsas de basura, barricadas, hogueras y lo que quede sin contar. Alguien dirá que se trata de una respuesta ciudadana, aunque sea una respuesta salvaje. Conviene precisarlo cuanto antes para no confundir sobre lo que es un atentado contra el patrimonio. Como es de todos, no es nadie.

Esos señoritos que se afanan en incinerar contenedores merecen el mismo respeto que los golfos apandadores, que los vaciadores de cajas comunales o que los especialista en llevárselo crudo. El mismo. Tan pandilleros son los que descapitalizan por vía del afane, como por la vía destructiva. Ninguno aporta ningún mérito para ser tenido en cuenta y ambos son, en efecto, carne de policía.

Cada vez que un Cojo Manteca rompe farolas o prende lumbre al mobiliario urbano, debería haber un funcionario a su lado _ ya que su cortedad no le alcanza _, pare decirle que esa luminaria se ha pagado con el sudor de la frente de los trabajadores a los que tanto dice defender y que de ahí sea que no pertenezca al alcalde, ni a ninguna autoridad a la que tanto dice denostar levantándose de las patas de atrás cual pollino aguijoneado por avispa. Le recordaría también que si tanto le molesta la situación que vive, podría ofrecerse de por vida para limpiar la cacas de los desheredados de la fortuna, que a lo mejor de esa forma se hace acreedor a la sopa boba.

El resto de las ideologías se las pueden comer con patatas, vomitarlas y volverlas a ingerir cuantas veces lo desee, al tiempo que desarrolla un sistema para que no le alcance ni un euro de prestaciones, ni en luz pública, ni en educación, ni en sanidad, pagadas por todos.

Puestos a protestar, sean coherentes y marchen a vivir al campo, donde trisa la alondra y ulula el búho.

Fue otro

Jueves, 1 de Marzo, 2012

Monumento a la protesta

Tiene la protesta un aire social y revolucionario que tira para atrás. Da igual el motivo y la razón que le asista porque la protesta, en si misma, es como la verdura, buena por naturaleza.

Tal como están las cosas en el mundo, sabes que no te va a faltar chollo si te dedicas a la protesta. Lo mismo se decía antes de las zapaterías, porque todos tenemos dos pies y todos necesitamos calzarnos; pero desde que inventaron la goma Gorila y esos zapatos que duran toda la vida, el sector ha perdido estabilidad.

De hecho fue el propio Kruschev quien marcó el camino de los nuevos tiempos cuando se hizo con uno de sus zapatos nuevos que previamente se había quitado, y golpeándolo fuertemente contra su estrado, protestó por las palabras insidiosas del delegado filipino en la ONU.

Buhs también se las vio años más tarde con un zapato y hoy ese objeto se ha convertido en una simbólica estatua, quizás la primera que se dedica a la protesta de un hombre airado.

Con zapatos o sin ellos, la protesta tiene recorrido. Los niños aprenden a protestar antes que a andar y aunque años atrás no se les hacía mucho caso, hoy te pueden empapelar si no las atiendes en conversaciones bilaterales.

Con esos antecedentes, ¿qué se puede hacer en la adolescencia más que protestar? Es la mejor manera de proclamar a viento y manera que uno no tiene la culpa de nada, como predica Montoro. ¿Por qué creen que se amontona la gente protestando delante de las comisarías cuando se detiene a un asesino? ¿Porque están indignados? ¡Quiá! Es para que se les vea y así nadie sospeche que puedan estar relacionados con el crimen. De hecho después se descubre que alguno lo está.

Una buena protesta a tiempo y nadie nos acusará de nada. Como dice Gavilán en su último libro, “Yo no he sido”.