Un fenómeno
Martes, 12 de Octubre, 2010Cubillas, en sus años mozos
Estamos descubriendo que José Arturo Cubillas Fontán, el español traidor de Hugo Chávez, es un auténtico fenómeno que tanto le da a administración pública, como a la instrucción de etarras, a las relaciones internacionales con las FARC, a la cocina tradicional vasca, a la buena vida, o a la empresa privada, aunque sea privada de ETA.
La actividad que despliega Cubillas en Venezuela a ambos lados de la ley resume los ideales de todo corrupto y de todo criminal. Expropiaciones a pedir de boca con el respaldo de la administración, extorsiones a mansalva con el respaldo de la violencia y un sueldo a prueba de varias crisis seguidas, aderezado con las ganancias de negocios culinarios. Y encima sin necesidad de presentarse a unas elecciones.
Así se las gastan Cubillas y su jefe inmediato. Y así se las gastamos nosotros, incapaces de denunciar tamaña impostura, porque hay que negociar.
Para que todo sea redondo y se ajuste a una política de extrema corrección, los trámites administrativos más queridos por Cubillas son aquéllos que van encaminados a la expropiación de propiedades de españoles. Propiedades que se suponen legítimas y que sólo a través de leyes tiránicas y abusivas revierten al control del chavismo.
_Exprópiese _ ordenaba hace meses el jefe de Cubillas paseando por Caracas cada vez que veía un edificio apetecible.
_Exprópiese _ repitió la lira con indómito cantar.
Y allí estaba el pluriempleado Cubillas, dispuesto a hacer normal lo que en el papel ya lo era. Cubillas ha renunciado a obtener algún día el Premio Nobel de la Paz, o cualquier otro de los que se conceden, pero si existiese uno para distinguir a los hombres con menos escrúpulos y mejor posicionados, de no llevárselo el primer año, del segundo no pasaba.