Banquete en Vetusta
Viernes, 19 de Febrero, 2010¡En primera…!
Debemos confesar y confesamos que apenas recibida la ceniza, nos hemos pegado una panzada de Aznar como hacía años. Tendría que prohibirlo la Academia de Gastronomía. En una sola sentada nos hemos tragado los cinco minutos de aplausos en Oviedo. El corte de audio con la primera interrupción. Con la segunda. La conferencia. Los aplausos. Lo nuevos abucheos. El vete a tomar aire fresco digital. El presidente, presidente. Las repercusiones. Los comentarios del PSOE, los del PP, los de un chico muy majo al que le preguntaron por la calle y los de Belén Esteban, faltaría más.
Lo único que se podría añadir, si no salió ya, es que la conferencia de Oviedo ha sido un bombazo mayúsculo, como el del Maine o más.
_¿Qué tipo de bombazo?
_Personalista, mayormente.
“Se ve que algunos no pueden vivir sin mí”, sentenció el ex-presidente antes de poner su dedo corazón en posición de empalme, al tiempo que retraía con fuerza el anular y el índice para dedicar el gesto a sus boicoteadores.
Hoy sólo pueden decir eso con cierto tronío, Escarlata O´Hara en el cine, y Aznar en Oviedo. Inter nos, este chico quiere volver. Entiéndase que lo de chico se utiliza aquí, no por un afán laudatorio de su imagen juvenil, cosa que siempre da que hablar; sino porque le hemos visto las tabletas de chocolate, y para ponerse algo así en el abdomen, o se es chico, o no se tiene otra cosa mejor que hacer. Por eso nos da por pensar que Josemari se sabe muy cachas.
No queremos ni imaginar el revuelo que podría armarse en el PP si fuese cierto, y la Reconquista comenzase otra vez en Oviedo.
Pero no. Olvídense. Todo es fruto de un hartazgo informativo; una sopa de aznaridad en forma de noticias gráficas, sonoras y literarias que mañana desaparecerán para poder centrarnos en lo mucho que tarda el Constitucional.