Lengua con bula
Jueves, 19 de Febrero, 2009El protagonista de la campaña de inmersión lingüística en Cataluña presenta unos rasgos faciales muy similares a los del chico de la película Slumdog millonaire, no tanto por su vertiente de millonario como por la de slumdog, o sea, de chabolista. Lo decimos porque si al chaval le sobrase el dinero, no se habría visto obligado a emigrar desde su India natal hasta un barrio de Barcelona, donde el spot lo muestra brincando muy contento, cual George Chakiris hacía por aquel barrio del oeste neoyorkino donde también vivía Natalie Wood.
La campaña promueve el uso del catalán, hable la lengua que hable el interlocutor de turno, pues defiende que de esa manera, la inmersión _ el chapuzón, convendría decir _, es mucho más provechosa para ese emigrante, quien después de pasar unas cuantas penalidades, conoce todas las respuestas del concurso Qui vol ser milionari, y se compra un duplex en Pedralbes.
Dicho de otra forma, la campaña propugna que a los que no sepan catalán se les hable en catalán, por su bien. Que se enteren o no de lo que se les diga pasa a un segundo plano. Con razón. Hoy no se dicen más que tonterías. De modo que una tontería en catalán siempre lo parece menos, especialmente a los oídos de quien no conoce el idioma.
Una diputada de CiU llamada Carmen Vidal acaba de elevar sus protestas por el hecho de que la televisión autonómica emita algunas entrevistas en castellano, ya que así se expresan algunos entrevistados. La diputada considera que: “No podemos condenar a la audiencia a ser televidentes en castellano”. Y añade: “Ganar la batalla por el uso del catalán está por encima de la comunicación”.
Oído cocina. Siempre que sea en esa lengua se pueden decir las mayores gilipolleces, que no importa nada. Y Vidal es un ejemplo. Menuda suerte. En castellano no tienen bula.