Pacto, proceso, alianza
Domingo, 9 de Diciembre, 2007El proceso de paz, la alianza de las civilizaciones, el contrato con el planeta y el pacto con África se basan en el mismo principio. Usted está allí, yo estoy aquí, nos sentamos juntos y acordamos lo que haya que acordar.
El planteamiento es irreprochable. Incluso podría decirse que se trata de la administración en porciones del “amaos los unos a los otros”, aunque Z no quiere dar pistas y por eso no instala el Belén en la Moncloa. De lo contrario, cualquier visita al palacio vería al niño en la cuna y caería en la cuenta: ¡Ah, ya sé! ¡De aquí saca el presidente todas sus ideas!
No, por favor, les explicaría el portavoz monclovita. Estas iniciativas son más laicas que el Colegio Oficial de Protésicos Dentales de Riga, y si se parecen de alguna manera a los deseos de paz en la tierra a los hombres de buena voluntad se debe únicamente a una fortuita coincidencia espacio-temporal.
Pero la visita se iría convencida de que el presidente chupa rueda de los evangelios. Mogollón de rueda.
La parte más compleja viene con la puesta en práctica, porque la teoría, mal que bien, se aprende en la infancia. Así, vemos que la escucha Gadafi y le dice a Z: Oye, broder; muy precioso tu cuentito de la Cenicienta africana y el rico europeo, pero ahora dame mil millones de euros y no vuelves a ver un libio en tus costas, salvo los que vayan con las bermudas y la tabla de surfear. ¿Vale, broder?
Y claro, no vale. Pero con la alianza por allí, el proceso por allá y el pacto por acullá, la legislatura avanza entre la niebla con la sensación de que realmente se va a alguna parte. La tragedia sobreviene hacia el final, cuando compruebas que la alianza es un aguachirle al que nadie con posibles ha hecho caso, que del proceso mejor no hablamos, que de la España discutible hemos pasado al Gobierno de España hasta para cambiar las ruedas del coche y que la rectificación marca el camino más correcto… entonces es cuando Sopena se tiene que multiplicar por los platós, so pena de darse el batacazo.