Marcar diferencias
Sábado, 22 de Julio, 2006Pedro Sanz, el presidente de La Rioja, denuncia las divisiones y desigualdades que se están produciendo entre las comunidades, así como el proceso de mutuos enfrentamientos que él califica de “sálvese quien pueda” y que achaca directamente a la política de ZP.
Podrá pensarse que la afiliación de Pedro Sanz en las filas populares le hace ver fantasmas donde en realidad existe una España más vertebrada, más justa y solidaria; pero los acontecimientos se empeñan en cargar de razón a Sanz, que es un político poco dado a las extravagancias.
Dentro del capítulo de folclorismos inútiles que se están propiciando por una incorrecta interpretación del concepto autonómico, vivimos estos días los casos de aquellos estudiantes que tramitan su matriculación en universidades de distintas comunidades a aquéllas donde realizaron sus estudios medios. Si el estudiante procede de un centro con dos lenguas oficiales y se traslada a otro donde sólo lo es el castellano, ya puede cuidarse muy mucho de que ninguno de los certificados que presente esté redactado en gallego, catalán o vasco, pues será rechazado de plano, poniendo en peligro los plazos de matrícula y su propio futuro universitario por muy brillante que sea su expediente.
Parece incontestable que el reconocimiento de los idiomas no debería suponer ninguna dificultad añadida para las relaciones y la comunicación entre los españoles, pues lo contrario sería del género idiota. Vamos a complicarnos la vida, que tal como la tenemos es muy sencilla.
Si esto sigue ocurriendo en el ámbito universitario, en el comercial o en el jurídico, quiere decir que algo se ha hecho muy mal y que lejos de corregirlo, nos empeñamos en seguir marcando diferencias para resquebrajar la noción de Estado, seguramente con la malévola intención de acabar con él.